San Basilio de Palenque, la historia de nuestra raíces. (Parte I)

La persona que haya leído, estudiado o mínimamente se haya interesado por la cultura afrocolombiana habrá tenido que escuchar sobre San Basilio de Palenque. Seguro algunos saben que fue el primer pueblo libre de América y que se encuentra muy cerca de Cartagena pero… ¿qué tanto sabemos sobre este corregimiento?
El equipo de El Negro Está De Moda decidió dejar de lado lo que hemos escuchado y leído sobre Palenque para ir a comprobarlo con la experiencia. Así, aprovechamos una visita planeada a Cartagena y y nos escapamos un día de la ciudad amurallada, de sus lindas calles y sus ricos restaurantes para buscar sobre nuestra historia colombiana y nuestras raíces.
Para llegar a Palenque tomamos un bus desde Cartagena hasta Palenquito, un recorrido de una hora aproximadamente. Desde allí tomamos una moto taxi durante 20 minutos hasta llegar a Palenque, y a partir de ese momento empezó nuestro aprendizaje junto a nuestros guías y conductores, que nos dieron a conocer un poco de su trabajo y de la importancia que tiene el turista para la sostenibilidad económica y mejoramiento del corregimiento.
El primer lugar que visitamos al llegar fue la casa de la cultura. Hasta ese momento, Palenque se tornaba muy nublado y callado, sin embargo al entrar allí, comenzamos a sentir la magia del lugar y el sonido de los tambores, pues, sin esperarlo ni planearlo, nuestra bienvenida fue al son de la música de Kombilesa Mi, una reconocida agrupación palenquera, que estaba ensayando para una presentación que realizarían en Bogotá.
Este fue el inicio de nuestra inmersión por la cultura de Palenque; aprendiendo que tienen su propia lengua, y que “Kombilesa Mi” significa “Mis amigos”.
Luego de un buen momento musical, nos encontramos con Alfredo Hernandez. Alfredo es uno de los guías calificados y preparados de la región, y quien nos llevaría a conocer muchas de las historias que esconde este San Basilio de Palenque.
Comenzamos nuestro recorrido en la plaza principal Benkos Biohó, que se encuentra a tres cuadras del centro cultural, y la que contiene las principales y más importantes insignias para la población. Por un lado, nos encontramos con una escultura del Decenio Afrodescendiente, otorgada por el Gobierno colombiano (Ministerio del Interior) desde la oficina de comunidades negras, raizales y palenqueras en el año 2015. Allí están plasmadas las principales propuestas de Naciones Unidas y de otros Estados miembros, con el objetivo de adoptar políticas en beneficio de las comunidades afrodescendientes.
Para Alfredo y para su comunidad, representa el compromiso de dichos países y organizaciones para apoyar e invertir recursos que mejoren las condiciones de vida de las comunidades afrodescendientes.

Como se ve en la escultura, por cada año hay unos resultados que el gobierno deberá ir concretando, representados en una placa para que la población afrodescendiente sea testigo de sus avances, según lo pactado durante la planeación del Decenio Afrodescendiente.
Por ejemplo, para el año 2016 se hace referencia a la lucha del gobierno contra el racismo y la discriminación racial, lo que daría paso a que, el 2017 sea el año en que más personas negras se reconocieron como tal, siendo este un logro importante debido a que la comunidad negras venían sufriendo de un problema de auto-reconocimiento muy fuerte en el país.
En la plaza central visitamos a las mujeres que venden los dulces típicos de su cultura, como el "caballito". Esta es una actividad a través de la cuál las mujeres proveen económicamente a su familia, comercializando estos productos en otros corregimientos y pueblos cercanos. Alfredo nos cuenta que esta tradición trae consigo muchos mitos urbanos que se divulgaron por toda la región. Por ejemplo, al ver que la mujer se ausenta de su hogar para desplazarse y comercializar los dulces, se piensa que son ellas las únicas que trabajaban en su hogar, sin embargo, nos cuenta que los hombres son los encargados de cultivar la materia prima, y por esta razón son los que permanecen en sus hogares.
También nos cuenta que el turismo ha aumentado considerablemente en los últimos dos años, y esto ha permitido que las mujeres no tengan que trasladarse a grandes distancias para vender los dulces, sino que ahora son los turistas quienes llegan al corregimiento por ellos. Esta nueva dinámica ha mejorado las relaciones familiares de Palenque, ya que las mujeres pueden estar más tiempo en sus hogares, acompañando a sus hijas e hijos.
Alfredo nos cuenta que a pesar de que Palenque es una población machista, se reconoce que gracias a la mujer, Palenque es conocido como Patrimonio oral inmaterial de la Humanidad, ya que son ellas quienes mantienen vivas todas las manifestaciones culturales, y son las encargadas de transmitir las tradiciones y las historias que tienen. Por ejemplo, nos contó sobre un proyecto que lideran las mujeres de Palenque que se llama: Los peinados también comunican. Este proyecto tiene como objetivo contarles a las siguientes generaciones los significados que tuvieron los peinados en la época de la esclavitud.
Los peinados de las mujeres durante la esclavitud funcionaron como "guaca", ya que en su cabello escondían oro, semillas y alimentos para estar preparados en el momento del escape. Así mismo, fue una estrategia de comunicación, ya que a través del trenzado se dibujaban el territorio y las rutas para que los hombres negros pudieran escapar.
Finalmente, luego de este recorrido cultural y de escuchar el saludo en lengua Palenquera por todo nuestro paso, llegamos al centro de la plaza, en donde está la escultura de Benkos Biohó.
Sin que sea una escultura lujosa, o de un tamaño sobresaliente, el sólo hecho de saber que Benkos Biohó fue el libertador de las comunidades negras que habían llegado a Colombia lo hizo ver grande, imponente e inspirador. Alfredo nos cuenta que Benkos nació en Guinea Bissau, África Occidental, fue hijo de un rey de Guinea, lo que lo convirtió en príncipe, y lo que justifica que rechazara las condiciones inhumanas a las que la Corona Española sometió a su pueblo. Alfredo recalca que entendiendo en ese sentido la historia se debe aclarar que en ningún momento el pueblo negro fue esclavo, sino esclavizado. De la misma manera, recalca que Benkos y el pueblo negro fueron obligados a venir a América, contra su voluntad.
Estas dos anteriores premisas para Alfredo resultan ser de mucha importancia, ya que tanto el como nosotras, nos damos cuenta que a la historia que nos han contado le faltan varios detalles, y precisamente, que de los detalles están hechas las mejores historias.

Por otro lado, Alfredo nos cuenta que Benkos llegó a la provincia de Cartagena en 1595, siendo este el principal puerto marítimo que tenía la Nueva Granada, territorio para ese momento dominado por la Ccrona Española. Alrededor de 1599, Benkos Biohó realiza la huida junto a treinta hombres negros, en dirección de Arcabuco y la Ciénaga de Matuna, en donde tuvieron su primer enfrentamiento con el grupo armado español, del que salieron victoriosos y de esa manera, pudieron continuaron hacia los montes de María en donde decidieron asentarse, encontrando un lugar con las características similares a su contexto en África. Es así como se organiza este primer grupo de hombres esclavizados liberados. A este asentamiento se le da el nombre de Palenque haciendo referencia a las empalizadas que levantaron para refugiarse, protegerse y de esa manera ser libres.
Continuará...